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lunes, 24 de septiembre de 2007

El perro fiel

Una pareja de jovenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor aleman y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro crecio hasta convertirse en un grande y hermoso pastor aleman.
El perro salvo, en mas de una ocasion, a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, queria y defendia a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenian con el perro. Este se sintio relegado y comenzo a sentir celos del bebe y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un dia la pareja dejo al bebe placidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigian al cuarto del bebe y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviendoles la cola.
El dueño del perro penso lo peor, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro. Corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada.
El dueño comienza a llorar y exclama: he matado a mi perro fiel!
Cuantas veces no hemos juzgado injustamente a las personas?. Lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos.
Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.

jueves, 20 de septiembre de 2007

La Historia del carpintero

Había una vez un viejo carpintero que, cansado ya de tanto trabajar, estaba listo para acogerse al retiro y dedicarle tiempo a su familia.
Así se lo comunicó a su jefe, y aunque iba a extrañar su salario, necesitaba retirarse y estar con su familia; de alguna forma sobrevivirían.
Al contratista le entristeció mucho la noticia de que su mejor carpintero se retiraría y le pidió de favor que si le podía construir una casa más antes de retirarse.
El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de su última casa pero, a medida que pasa el tiempo, se dio cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo.
Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la construyó con materiales de calidad inferior.
Esa era, según él, una manera muy desafortunada de terminar una excelente carrera, la cual le había dedicado la mayor parte de su vida.
Cuando el carpintero terminó su trabajo el contratista vino a inspeccionar la casa. Al terminar la inspección le dio la llave de la casa al carpintero y le dijo: "Esta es tu casa, mi regalo para ti y tu familia por tanto años de buen servicio".
El carpintero sintió que el mundo se le iba... grande fue la vergüenza que sintió al recibir la llave de la casa, su casa. Si tan solo el hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiese hecho todo de una manera diferente.
Así también pasa con nosotros.
A diario construimos relaciones en nuestras vidas, y en muchas ocasiones ponemos el menor esfuerzo posible para hacer que esa relación progrese.
Entonces, con el tiempo es que nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de esa relación. Si lo pudiésemos hacer de nuevo, lo haríamos totalmente diferente.
Pero no podemos regresar. Tú eres el carpintero. Cada día martillas un clavo, pones una puerta, o eriges una pared. Alguien una vez dijo: "La vida es un proyecto que haces tu mismo”.
Tus actitudes y las selecciones que haces hoy construyen la casa en la cual vivirás mañana.